jueves, 1 de abril de 2010

....de tradiciones, liturgias y más allá....

El convencionalismo nos lleva a realizar ciertas prácticas sociales, por repetición, por inercia, por cumplir con algo o alguien, por convicción o por que realmente se cree en ellas. Hay fechas en las que se hace más fuerte y visible esas prácticas sociales: 10 de mayo, día del amor y la amistad, día del Niño, pero concretamente creo que en donde más puede apreciarse la realización de dichas prácticas es en lo religioso. Domingo a domingo puede verse en las iglesias (sea de cualquier secta, religión, etc) gente que asiste a realizar alguna práctica religiosa.

Lo menciono a propósito de que “estamos” a punto de iniciar Semana Santa. Es en fechas como estas (así como el pasado Domingo de Ramos, o el día de la Candelaria, o el 25 de diciembre, o el Miércoles de ceniza) en donde se conglomera enormes cantidades de personas en las iglesias católicas, y que muchas veces pasa desapercibido el sentido real por el cual se adhieren a estas prácticas religiosas. En una investigación realizada en el municipio de Tecamac, en la Parroquia de San Martín Caballero, hace 4 años, señaló que de una población de 100 mil personas ,el 3.3% es quien asiste a “actos litúrgicos” (3,365 personas), haciéndolo por “cumplir con el precepto”.
Sin embargo, aunque este fin de semana es una oportunidad para vacacionar, la cantidad de personas que asisten a la liturgia de semana Santa es considerable. Es por eso que quiero señalar algunas de las enseñanzas de dichas celebraciones, que vale la pena rescatar:

El jueves “santo” es conocido en el catolicismo como el día del Lavatorio de los pies (retomado del pasaje bíblico del evangelio de Juan –Jn. 13–). Recordando que es en donde el apóstol Judas entrega a Jesús, se dice en el pasaje bíblico que “el enemigo había inducido a Judas a entregarlo”. Llamar a algo o alguien “enemigo” suena muy prejuicioso, es por eso que cito a Juan Mateos, quien en su comentario exegético y análisis lingüístico, sobre esta cita escribe que el enemigo es el dios del propio interés, traducido en la ambición y la codicia. Pueden estas palabras sonar demasiado moralistas, muy dadas al sermón moral, sin embargo, no es así: el pasaje continúa narrando las actitudes de lo que se conoce como La última Cena, y posteriormente llega el momento del lavatorio de los pies. En aquélla época el lavado de pies era un servicio para mostrar acogida y hospitalidad, era común que lo realizara un esclavo.
Durante años se ha reproducido esta escena como parte de las tradiciones de semana santa, pero no puede quedarse al nivel de una mera actuación teatral. Es decir, mirar más allá de la tradición: trataré de contextualizar aún más este pasaje bíblico, para llegar así a lo que nos interesa. Para los llamados apóstoles, su líder era Jesús, que se nombraba a sí mismo como el Mesías, el Hijo de Dios, (escándalo incluso para algunos actualmente) pero el hecho es que los mismos apóstoles lo concebían como tal por lo que les provoca extrañeza el que les lave los pies: “cómo el ‘Señor’ les lavaría los pies a ellos, simples mortales”.

y…..¿esos moralismos A MI qué me interesan?!!

Pues bien, siendo la persona de Jesús una figura de autoridad (para sus discípulos) , jerárquicamente sobre ellos, a él mismo no le interesa su posición respecto a los otros, sino hacer un servicio, ayudar al otro, más allá de la trillada imagen de humildad (muchas veces de la cual se abusa en los feligreses) se trata de no engreírse como personas ni colocarse por encima de los demás, más bien en todo guardar ese respeto por la integridad del otro que está conmigo, sobretodo porque (recordando la carga ideológica de comunidad sobre el individualismo en las comunidades eclesiales de base) nunca estamos aislados, por el contrario los individuos estamos formando constantemente pequeños grupos, comunidades donde interactuamos, y razón por la cual aquél que se sienta por encima del otro muchas veces es rechazado. De manera que si hay en nuestros pequeños círculos personas que ostenten el poder, o la toma de decisiones, es necesario siempre tener esa perspectiva “del otro” que está conmigo.

Puesto que muchas veces quienes tienen algún cargo de poder, por mínimo que sea, tienden a apegarse más a su posición que al poner a disposición la ayuda que pueden prestar, sea cargos públicos, políticos…

Sin importar el credo religioso que se profese, pienso que de este “jueves santo” puede sacarse algo más que el mero tradicionalismo.

1 comentario:

Arturo dijo...

Muy BUEN día!
hahah

estoy completamente de acuerdo que las practicas sociales crean convencionalismos con un fin especifico estos convencionalismos son aceptados por la sociedad y en parte no, conciente o inconcientemente.

entonces estos convencionalismos buscan crear grupos, los cuales al interactuar(individuo con individuo) fabrique una hegemonia? en todo grupo existe un individuo dominante? el lenguaje podria ser una de las primeras practicas sociales si no es que la primera?

saludos amigo!