miércoles, 31 de marzo de 2010

jueves, 25 de marzo de 2010

...de crisis y algo más.....


Ante una aparente vacuidad de personalidad, es decir, en una sociedad hedonista y consumista que busca la consumación del tener y lo pondera ante el ser, se hace notorio un profundo individualismo: de manera que sencilla y caricaturescamente Huxley lo deja ver en su Mundo Feliz, el “yo”, siempre es el “yo” ante el “nosotros”, el ser humano busca el goce de su libertad absoluta; simultáneamente se ha llegado a lo que me atrevo a decir crisis de sentido, si bien somos seres individuados, la fuerza imparable de la globalización y del neoliberalismo convierten todo en mercancía: el ser humano en sí es mercancía que puede y debe ser tratada como tal, las relaciones sociales están mediadas ya por cláusulas para obtener algo a cambio del trato con el otro, difícilmente las personas hacemos algo sin recibir algo a cambio.


Se ha hecho latente una ruptura con lo colectivo: esta palabra carece de referente, pues lo colectivo muchas veces pasa a ser una reunión imprecisa de seres humanos, sin algún fin específico, –lo que Hagnes Héller definiría como “masa”–, haciendo una distinción entre grupo y comunidad, puesto que (siguiendo a Héller) es en el primero donde se da la maduración del individuo, y en el segundo a donde el individuo pertenece necesariamente, debido a la identificación que planteaba ya Durkheim, con las reglas del grupo. Podemos también retomar desde la perspectiva religiosa el hecho de que la familia es considerada la primer iglesia, incluso se le denomina iglesia doméstica, porque es en ella donde se maman todos los valores y principios que marcarán la vida del individuo.


Con todo esto quiero referirme a un trabajo realizado por Hugo José Suárez, quien recientemente coordinó un ciclo de conferencias, llamado “Las nuevas sociologías, Coloquio internacional La incertidumbre y las estrategias de sentido”, un trabajo sobre sociología de la religión, en el cual sus resultados arrojan que es en las llamadas “comunidades eclesiales de base” –un término introducido hace unos 50 años en la religión católica– (para más nociones sobre el término consúltese http://www.misiones.catholic.net/cebs.htm) donde los individuos logran superar esas crisis de identidad, lo que Lipovetsky denomina una oscilación entre pesimismo y optimismo, depresión y excitación… es decir, me refiero a la concepción del ser humano: un ser social por naturaleza, que es indigente, pues necesita del otro para subsistir, y realizarse. Este trabajo mencionado proyecta el hecho de que es en comunidad como se logra salir de todos estos mecanismos de consumo y hedonismo, más allá de adquirir conocimiento y experiencia de lo que llaman Dios, es el hecho de que las comunidades, el grupo da respuesta a la incertidumbre que como seres humanos sentimos ante la posmodernidad, en donde la cosificación de las personas carece de sentido puesto que se tiene un fuerte sentido del grupo, del nosotros.


........contunuará........

martes, 23 de marzo de 2010

....de patologías de la sociedad....II


......de patologías de la sociedad....I



El concepto de "libertad" está ahora desvinculado de las normas, se cree en "hacer lo que puedo hacer", sin algún posible límite visible. Existe también un afán de insertarse en la cultura posmoderna: por la calle o en el transporte público se puede observar personas andando cual náufragos sin rumbo, presionados por que llevan prisa, el tiempo nos consume, y si el american way of life no es realizable, la frustración se hace manifiesta, volviéndonos zombies. Una sociedad polarizada, en búsqueda de personalidad…nosotros jóvenes somos la pieza más vulnerable de toda esa maquinaria que ya ha prefabricado nuestro estilo de vida…

"(...)¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe
tender manos que ayudan / abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno /
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente"
(Benedetti)

¿ANTE TODO ESTO QUÉ DIREMOS, QUE NOS QUEDA POR HACER?

la presión inconciente y rezos obligados de parte de nuestros padres durante nuestra vida de infancia se ha tornado ahora deserción de cualquier religión, y falta de confianza en los que ostentan el poder de administrar lo sagrado.

El resultado del abandono en las prácticas religiosas, así como de la apatía y hasta aversión por cualquier institución que administre (jerárquicamente) lo trascendente, es un común denominador en muchos jóvenes mexicanos, (específicamente). Sin embargo, movido por esa inquietud, deseo compartir algunos textos que he encontrado y son afines a muchos ideales que como jóvenes tenemos, inquietudes y ese deseo de querer realizar un cambio para disminuir las barreras que separan “los pobres de los ricos” y que dejen de “chingar al pueblo”.

sábado, 6 de marzo de 2010

En la actualidad las cuestiones cruciales que conciernen a
la
vida colectiva conocen el mismo destino que los discos más vendidos de
los hit
parades, todas las alturas se doblegan, todo se desliga en una
indiferencia
relajada. Es esa destitución y trivialización de lo que antaño
fue superior a lo
que caracteriza el narcisismo.
Poderes cada vez más
penetrantes, benévolos,
invisibles, individuos cada vez más atentos a ellos
mismos.

(Lipovetsky)